Los niños de menos de cinco años y los adultos de más de 60 deben recibirla porque son quienes corren mayor riesgo de contraer esta bacteria
El neumococo o Streptococcus pneumoniae es una bacteria grampositiva que causa neumonía, enfermedad que implica un daño en los pulmones y, también, una respuesta inmune en ellos que puede alterar temporalmente su funcionamiento.
“Además, si entra en el torrente sanguíneo y se disemina hacia otros órganos como el cerebro, el neumococo es capaz de ocasionar una enfermedad sistémica, es decir, una enfermedad que afecta a todo el cuerpo”, dice Mauricio Rodríguez Álvarez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus.
Los niños de menos de cinco años y los adultos de más de 60 son quienes corren mayor riesgo de contraer el neumococo, el cual viaja en las gotitas de saliva expulsadas por una persona infectada. En cuanto a los primeros, también pueden desarrollar eventualmente las formas graves de la infección.
Uno de los factores de riesgo que favorecen la infección por neumococo es el contacto con enfermos o con portadores de esta bacteria.
“El número de casos aumenta durante el otoño y el invierno, es decir, cuando el frío arrecia y, por consiguiente, la distancia social y la ventilación en los espacios cerrados disminuyen, si bien es cierto que todo el año se presentan infecciones comunitarias por neumococo”, apunta Rodríguez Álvarez.
Hay dos tipos de vacuna: uno para los niños de menos de cinco años, cuyo objetivo es evitar que la bacteria se disemine hacia otros órganos y desencadene una enfermedad sistémica; el otro para los adultos de más de 60 años, cuyo fin es prevenir básicamente la neumonía. En México, ambos tipos de vacuna están dentro del esquema nacional de inmunizaciones y no tienen ningún costo.
De acuerdo con el académico universitario, estos dos segmentos de la población deben ser los focos de la vacuna contra el neumococo, porque en ellos es donde mejor funciona y donde tiene un impacto más grande. Así pues, resulta innecesario que los jóvenes y los adultos de menos de 60 años la reciban.
“Ahora bien, es importante que la gente tenga conocimiento del esquema de vacunación, sobre todo en una situación tan crítica como la que estamos viviendo por el coronavirus, y se vacune para prevenir no sólo la neumonía, sino también otras enfermedades para las cuales se cuenta con vacunas: tosferina, difteria, tétanos, influenza, polio… La gente se tiene que poner estas vacunas, o los refuerzos correspondientes, para que esté bien protegida”, indica Rodríguez Álvarez.
Con información de Gaceta UNAM
También te puede interesar: