Las chinampas son un método de cultivo prehispánico, utilizado por los mexicas para ampliar el territorio en lagos y lagunas del Valle de México, en zonas donde el agua es el principal recurso natural
Hasta hoy, conforman un sistema artificial de cultivo único en el mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad. Su eficacia garantiza la seguridad alimentaria y protege la biodiversidad de la región.
Hace casi mil años, los pueblos originarios del Valle de México crearon un sistema de islas flotantes de lodo y materia orgánica para poder cultivar sobre las aguas de un lago. Esos sistemas de cultivo se llaman “chinampas”, del náhutl “chinamitl”, que significa “en la cerca de las cañas”.
Llegaron a ocupar 20 mil hectáreas en sus épocas de esplendor e hicieron de México-Tenochtitlán una ciudad flotante. Las chinampas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, fueron y son un eficiente sistema de producción de alimentos.
Se estima que es una técnica iniciada en la época de los toltecas, aunque fue en 1519 cuando este método de cultivo se popularizó y ocupó casi el 100 por ciento del lago Xochimilco, lo que permitió el desarrolló de una amplia población a sus orillas.
El sistema agrícola de chinampas pasó de generación a generación mediante la sabiduría oral transmitida desde la época de los aztecas. Las chinampas ubicadas en Xochimilco y Tláhuac comprenden hoy casi dos mil hectáreas en las cuales trabajan cerca de 12 mil personas cultivando principalmente hortalizas y flores, incluyendo 51 especies agrícolas domesticadas y 131 especies de plantas ornamentales.
El sistema se destaca por tener una gran biodiversidad. Alberga el 2% de la biodiversidad mundial y el 11 % de la biodiversidad nacional y ha sido calificado como uno de los sistemas más sustentables jamás logrados. Forman parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Hace veinte años, un chinampero, Don Nicho, fundó la Asociación Umbral Axochiatl para rescatar el axolote -una especie endémica de gran valor en la mitología mexica y en peligro de extinción-, a través de proyectos integrales. También han surgido decenas de cooperativas de cultivo orgánico y comercio justo, como Lum Ki’nal, a fin de frenar el abandono de los terrenos.
Hoy, menos de la mitad de las chinampas se dedican a uso agrícola, la mayoría de los pobladores han optado por sembrar monocultivos, flores o se dedican al turismo de trajineras, que acelera el daño este ecosistema único en el mundo. Cada año la superficie de las Chinampas se reduce debido al crecimiento urbano, la contaminación por basura y la sequía de sus aguas.
Deutsche Welle
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