Cuando uno controla el estrés, retarda el proceso de envejecimiento y promueve la salud; vive en armonía con las leyes de la naturaleza

El estrés no solo genera fatiga, también tensa los músculos. Si quiere combatir la fatiga, tiene que aprender a superar el estrés

 

  • Los sucesos, por si mismos, no determinan nuestro estrés; lo que importa es nuestra manera de reaccionar ante ellos.
  • Para reducir el estrés, duerma mucho, aprenda algún tipo de meditación o yoga, evite el café, el azúcar y el alcohol, ingiera alimentos nutritivos, agua y suplementos; haga tanto ejercicio como pueda. Asimismo, reduzca las actividades que no sean esenciales y ocupe su tiempo libre en usted mismo.
  • Son nuestros pensamientos y actitudes, y no los sucesos externos, los que generan los sentimientos que nos hacen sentir mejor, este principio sencillo pero revolucionario puede ayudarlo a cambiar su vida.
  • Uno puede vencer sus miedos si en lugar de evitarlos los confronta.
  • Si puede aprender a cambiar su modo de pensar, sentir y comportarse, con toda seguridad puede modificar positivamente su entorno.
  • Los sentimientos positivos sobre uno mismo ayudan a mejorar la salud. La felicidad es un asunto de preferencias, igual que el elegir un platillo o un libro sobre otro, cada persona debe decidir por si misma y reconocer la felicidad que posee en su interior.
  • Suele suceder que, cuando se acepta por fin un problema, este parece cambiar, mientras que, si uno se obstina en combatirlo, el simple hecho de luchar genera resistencia. Recuerde que lo que uno resiste, persiste. Lo que uno acepta, proporciona fuerza.
  • Las personas productivas y exitosas suelen darse crédito por lo que han logrado y, en vista de que ven su trabajo de manera positiva, se sienten estimulados e involucrados.
  • Uno debe ser honesto consigo mismo y conocer sus límites, debe ser capaz de reconocer las situaciones que lo hacen sentir débil y las que lo hacen sentir fuerte.
  • Cambiar algún aspecto, pequeño o grande, de su vida requiere de diversas actitudes, ante todo, esfuerzo, compromiso y valor; en segundo lugar, tiene que estar convencido de que puede cambiar, por último, necesita paciencia y aceptar que no puede cambiar de la noche a la mañana.

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