Piensa en el cliente, no en hacerte rico

PIENSA EN EL CLIENTE. El mundo del emprendedor es una aventura insólita y única para desarrollar tanto tu idea de negocio como tu perfil y capacidades a nivel profesional. Tanto las aptitudes, como el nivel de simbiosis para con tu empresa, son factores imprescindibles para llevar un proyecto de este tipo a buen fin. A continuación, 10 mantras que te servirán de ayuda en el camino para alcanzar el éxito en tu negocio.

Recuerda que en Ayuda-T Pymes los emprendedores son una de sus debilidades y especialidades, ya que trabajan con más de 2.800 Pymes y autónomos, si necesitas ayuda con el papeleo sólo tienes que contactar con ellos, estarán encantados de ayudarte.

1. Comienza rápido, cuanto antes, y aprende todo lo que puedas

Si sigues aletargando el inicio de tu proyecto, la cosa no avanza. Verás, no consiste en precipitarse y lanzarse del puente de cabeza y sin paracaídas; Sino de ser activo y comprometerse con tu idea de negocio.

Explora, analiza tu entorno, las oportunidades y amenazas vigentes, aprovecha tus recursos e intenta suavizar tus debilidades, pero aporta algo de valor cada día para que tu negocio no pare de evolucionar. No importa tanto el ritmo de ese avance, sino el hecho de no quedarse estancado.

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PIENSA EN EL CLIENTE

2. No pienses en hacerte rico, piensa en el cliente

Esto ahora funciona así. Cualquier empresa o negocio que puedas mencionar a nivel mundial, desarrolla su actividad desde una visión orientada al cliente. Es decir, no te enfoques en el hecho de generar beneficio como fin único sobre todo lo demás.

Está claro que es algo fundamental. Sin embargo, si estableces como el eje principal de la filosofía de tu empresa la creación de un producto que realmente responda a las necesidades del mercado y que se adapte a las características y exigencias de tus clientes, habrás dado con la clave. Lo demás viene rodado, es cuestión de tiempo que la demanda responda a una oferta de calidad.

Está claro que deberás trabajar en los innumerables factores implicados en desarrollar esa oferta tan genial, pero la verdad es, que si no explotas el potencial y el nivel calidad de tu producto de cara a convertirlo en la mejor alternativa posible, en algún punto, dejará de funcionar.

3. Enamórate de tu empresa y la gente que pertenece a ella

Aprecia sus pequeños detalles, sus debilidades y puntos fuertes. Todo aquello que la convierten en lo que es y trabaja duro en hacerla,  cada día, una mejor versión de sí misma.

Esta misma filosofía extiéndela a tus trabajadores. Ellos son el motor de tu negocio. Conócelos, oriéntalos e intenta que progresen junto con tu empresa. Si logras que confíen en ti y vinculen sus proyecciones o metas profesionales con tu negocio, crecerán profesionalmente adaptando sus aptitudes a las necesidades y al desarrollo de tu empresa y obtendrás resultados increíbles.

4. Controla los gastos, se escalable. Piensa en el cliente

Cuando inicias un proyecto de negocio, las ganas por progresar e invertir en el desarrollo del mismo nos motivan para conseguir el empuje necesario en la difícil de hacer germinar nuestra incipiente semillita empresarial. Sin embargo, debes tener muy en cuenta que tus recursos son limitados, más aun si estás empezando y que los gastos, normalmente, se multiplican exponencialmente a medida que tu negocio avanza.

Es normal que te plantees embarcarte en nuevos proyectos que supongan herramientas adicionales y una mejora en la actividad de tu empresa. Eso es genial, siempre y cuando tengas bien planificados tanto tu presupuesto, como las partidas esenciales a las que dedicar determinadas parte del mismo para que tu negocio funcione con normalidad.

5. Habla de tus ideas a los demás. Cuanta más gente las conozca, mayor feedback tendrás

Piensa en el efecto mariposa. Más o menos, es eso lo que buscas para tu empresa. Cuando mayor alcance tenga tu producto, tu empresa o cualquier elemento relacionado con tu marca, mayor será el impacto y el amplitud del público.

Facilitas los procesos de comunicación en torno a tu empresa, tanto a nivel comercial como no comercial (branding, boca a boca), la posibilidad de que otros puedan aportar a tu proyecto (sugerencias de mejoras, detectar debilidades), la oportunidad de generar comunidad tanto a nivel interno como externo…

6. Dale prioridad a las personas por encima de los buenos profesionales

La mayoría de las cosas se pueden aprender, pero ser buena persona generalmente no. Es recomendable trabajar con gente en la que sepas que puedes confiar. El engagement es un recurso muy valioso que deberástrabajar concienzudamente con tus empleados.

Se trata de un elemento en el que ambas partes, empleados y jefe, os veréis implicados. Como decíamos anteriormente, siempre puedes orientar y fomentar el desarrollo de aptitudes concretas en tus trabajadores de manera que estas se incrementen y evolucionen de la mano de las necesidades de tu empresa.

Todo ello partiendo de la base de la confianza plena en ellos, a la vez que generas un sentimiento de fuerte vinculación con tu negocio y resultados óptimos.

7. La empresa por encima de todos, incluido tú y tu ego

Cuando has creado, mimado y trabajado duro para ver crecer a tu empresa, es probable que caigas en el error de sobreprotegerla de tu entorno. No vas mal encaminado en eso de que tu empresa, en el plano profesional, es la prioridad absoluta.

Sin embargo, tal vez estés errando en el enfoque. Lo mejor para tu empresa pasa a veces por saber dar tu brazo a torcer, delegar, detectar cuando es necesaria la intervención de un especialista, cuando tus ideas no siempre son la mejor opción, entre otras situaciones. Ya sabes a lo que me refiero, ¿verdad?

8. Tu objetivo no es buscar inversores, tu objetivo es que tengas un producto tan bueno que los inversores te busquen a ti

La importancia de crear una oferta de calidad es trascendental para tu empresa. Ya ves, no sólo tendrá efectos en la aceptación de tu producto, servicio o marca por parte de tus clientes y, por tanto, en el funcionamiento y evolución de tu empresa, sino que si de verdad se trata de una buena oferta, todos querrán apostar por ella y sumarse al carro: clientes consumiéndola, empleados trabajando y aprendiendo en el proceso de ponerla a disposición del mercado, e inversores, apostando por tu empresa en búsqueda de los beneficios que generará.

9. Ten metas gigantes, pero los pies en el suelo

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PIENSA EN EL CLIENTE

Eleva tus objetivos, sabiendo que será una labor dura y complicada llevarlos a cabo, que no imposible. ¿No has oído nunca eso de si tus sueños no te asustan, es que no son lo suficientemente importantes?

10. Siéntete orgulloso de lo que haces y con quién lo haces

Vas a estar más de 10 horas al día trabajando y pensando, dándole vueltas a tu producto, a lo que dedicas tu tiempo y gran parte de tu vida, así que debes sentirte bien contigo mismo y con quienes te rodean y acompañan en este proyecto.

Y espera, hay un consejo extra, no pierdas el tiempo en papeleos y dedícalo a hacer crecer tu negocio. Deja eso a los que entienden y lo hacen 10 veces más rápido que tú, y con garantías.

Piensa en el cliente, no en hacerte rico

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Revista de Negocios, Política y Turismo. QUINCE años de enriquecer el intelecto y fomentar el emprendedurismo.

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