Panorama cambiante: reto para la Reserva Federal

El banco central más poderoso del mundo debe analizar el futuro de su política monetaria ante la posible llegada de una vacuna contra el coronavirus en los siguientes meses.

Panorama cambiante: reto para la Reserva Federal. Dos acontecimientos recientes han acelerado el inicio de esa próxima etapa del debate de la Reserva Federal: la inesperada decisión que tomó la semana pasada el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, de poner fin a varios de los programas de emergencia del banco central a finales del próximo mes y los recientes avances hacia una vacuna contra el coronavirus.

El panorama cambiante puede llevar a los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal a exponer con más detalle sus planes para los próximos meses en su reunión del 15 y 16 de diciembre.

Es probable que esto signifique promesas más firmes sobre el ritmo y el tipo de compras de bonos del Estado, o de estímulo cuantitativo, que la Fed utilizará para mantener bajos los costes de los préstamos, según los analistas.

Esto serviría como un sustituto para los programas de emergencia más específicos que caducan el próximo mes, y también prepararía el terreno para la llegada de una vacuna, un desarrollo que probablemente empujará los tipos de interés del mercado al alza a medida que regrese la confianza y mejoren las perspectivas.

Incluso por sí sola, la decisión de Mnuchin de dejar que varios programas de emergencia de la Reserva Federal venzan el próximo mes “endurecerá las condiciones financieras… en el momento equivocado”, dijo Krishna Guha, vicepresidente de Evercore ISI. “Un efecto secundario es que aumenta la probabilidad de que el Comité Federal de Mercado Abierto (órgano de política monetaria de la Fed) fortalezca el programa de QE en diciembre”, dijo, aludiendo por sus siglas en inglés al programa de expansión cuantitativa mediante la recompra de bonos.

Las opciones en ese frente incluyen cambiar la combinación de bonos del Estado que la Fed compra cada mes, aumentar los actuales 120,000 millones de dólares en bonos que se compran, o ambos.

Con el final inminente de los programas para amortiguar la crisis, las compras de bonos gubernamentales son ahora la principal palanca a la que la Fed puede recurrir para cambiar las condiciones de crédito. El objetivo de las compras es mantener bajos los costes de los préstamos a través de varios canales, alentando a las familias y a las empresas a financiar grandes compras como casas y vehículos, y apoyando los precios de las acciones y otros activos influidos por los tipos de interés de los bonos públicos.

Panorama cambiante: reto para la Reserva Federal. Los programas de emergencia estaban más hechos a medida, diseñados por ejemplo para asegurar que las empresas pudieran vender bonos privados a fin de recaudar dinero a tipos razonables, que las ciudades y los estados tuvieran efectivo, e incluso permitir que las pequeñas empresas obtuvieran préstamos financiados en su mayoría por la Reserva Federal.

Sin embargo, las medidas no estaban destinadas a durar eternamente. Sin embargo, las autoridades de la Reserva Federal tampoco estaban listas para apagar todavía unos programas cuya creación consumió mucho tiempo de su personal, y que se establecieron como parte de un puente financiero para el día en que se resolviera la crisis sanitaria.

Esto aún no ha pasado. El despliegue de la vacuna puede llevar meses y los estados están volviendo a imponer restricciones a las empresas para luchar contra un rebrote récord de infecciones y un repunte de muertes. Más de 255,000 personas han muerto a causa de COVID-19 en Estados Unidos.

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