La fama y el triunfo suelen estar llenas de recetas prácticas y libros milagrosos de autoayuda. El documental de Netflix, Losers, en cambio, cuenta las historias de deportistas que se forjaron en la derrota.
Los documentales deportivos suelen atraer nuestra atención porque muestran aspectos poco conocidos de la ruta que siguieron los “tocados por los dioses” para alcanzar el triunfo, la fama y la riqueza. La gran mayoría apuestan por dramatizar la trayectoria que siguió éste o aquel atleta para obtener algún campeonato o reconocimiento que lo acredita como el mejor de su disciplina en un momento determinado.
En una sociedad hedonista, llena de figuras “infladas” y superhéroes, en la que el único éxito digno de mencionarse es el que se traduce en ganancias multimillonarias, portadas de periódicos, anuncios de televisión y la explotación infinita de la imagen personal, son casi impensables las producciones que se ocupen en mostrar formas diferentes de trascender, como la superación de momentos difíciles, de duda y, por qué no, de conocer el éxito desde una cara más humana: aprender a través de la derrota.
De esto nos habla Losers (Netflix, 2019) a lo largo de ocho cortos. En esta serie, el director Mickey Duzyj muestra momentos que pusieron a prueba el temple de deportistas, hombres y mujeres que, mientras buscaban el triunfo, descubrieron formas para superar obstáculos personales y profesionales, logrando con ello plasmar su huella en la sociedad.
Hoy, cuando nuestra preocupación como sociedad se enfoca en enfrentar los embates económicos y de salud pública globales causados por la pandemia del COVID-19, puede ser el momento de traducir estos retos en oportunidades personales para reinventarnos y encontrar nuevas soluciones. Por ello, conviene conocer algunas de estas experiencias:
Conservar tu salud y tu vida es lo más importante
Cuando la moral del boxeador Michael Bentt tocó fondo, una de sus opciones más recurrentes era quitarse la vida. “Siempre tuve el conflicto de saber por qué peleaba”.
Luego de una carrera deslumbrante en el terreno amateur, este neoyorquino era llamado a ser una figura principal entre los pesos completos del boxeo mundial. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro; un padre draconiano y el miedo fueron algunos de los grandes obstáculos que Bentt tuvo que superar para descubrir que su vida, antes que una carrera prometedora como campeón de los pesos completos y el éxito que la acompañaría, era su posesión más valiosa.
En “El papel menos esperado”, descubrimos cómo la derrota, no la victimización, nos puede ayudar a reencontrar la verdadera vocación o a echar mano de lo aprendido para reinventarnos como profesionales, diversificarnos, encontrar nuevas motivaciones y dedicar los esfuerzos a trabajar con pasión en algo que realmente nos guste.
Crear nuevas soluciones definen al líder
Con innovación, vitalidad y mucho carácter en un contexto aferrado a los convencionalismos, Surya Bonaly, quien representó a Francia en varias Olimpiadas de Invierno, nos muestra un camino para vencer la frustración y sortear las barreras que enfrentamos en nuestro trabajo cotidiano.
Esta deportista de color es un ejemplo vivo de que a los prejuicios y a un sistema anquilosado se les vence con creatividad. Nacida en Niza, Bonaly nos mueve a la reflexión: más que ganar o perder en la pista, el juez más implacable debe ser el grado de innovación que alcanzamos para superar cada reto.
A través del capítulo “Jueces” entendemos que, si el escenario se aferra en ocultar nuestro potencial y el sistema es uno de sus aliados, la batalla más importante, la que marcará el legado de nuestro carácter, debe ganarse en escenarios paralelos, donde dignifiquemos nuestro espíritu e inspiremos a otros a romper barreras, estableciendo nuevas vías para alcanzar el éxito… Qué esperas, ¡haz tu back flip!
La perseverancia
Podemos destacar Aliy Zirkle su tesón por competir en una prueba dominada por la fortaleza física de los hombres, pero nos quedaríamos cortos. Tampoco hace justicia al mencionar aisladamente la calidad humana de esta mujer que, en 2014, la hizo exponerse a la furia del clima para rescatar a los perros que jalaban el trineo de uno de sus acérrimos rivales, lo que le costó el triunfo en esa edición, de tal manera que su probado amor por los animales no es la cualidad que más sobresale en su persona…
Luego de ponerse objetivos cada vez más altos, en el 2000 finalmente decidió participar en la Iditarod Trail Sled Dog Race, la carrera de trineos más prestigiosa en Alaska. Con una duración de entre ocho y diez días, en temperaturas de 40 grados bajo cero que ponen a prueba la templanza de los competidores a lo largo de los mil 600 kilómetros de la ruta, es la competencia más demandante de la especialidad.
Su espíritu aventurero es reconocido por familiares y adversarios. “Quería ponerme un desafío un poco más grande. Tomar la vida y ver qué más podía sacar de ella”, comenta Aliy Zirkle sobre su llegada a Alaska a principios de los años 90.
Sin embargo, no fueron el cansancio ni los elementos naturales los que verdaderamente pusieron en riesgo a Aliy, sino un ataque sufrido en 2016, que la llenó de miedo e incluso estuvo a punto de alejarla de las competencias definitivamente.
Si bien sus casi 20 participaciones no han fructificado en un primer lugar -de hecho, ninguna mujer lo ha logrado– el hambre por competir y permanecer vigente son otras cualidades que se suman al perfil de la ganadora del premio humanitario Leonhard Seppala, por su ejemplar cuidado de los perros.
En realidad, es un grupo de cualidades el que hace de Aliy Zirkle un ejemplo a seguir para cualquier líder que teme retomar el control después de que una crisis puso en riesgo su propia vida… aunque sólo sea para demostrar a quienes se atraviesan en el camino que, abandonar no está entre sus planes.
En ocasiones, el triunfo llega con el pasar de los años
El Golf, un deporte de élite en nuestro país, era una actividad poco practicada y de escasa popularidad también en Francia… hasta que, a finales de los 90, Jean van de Velde fue el “caballo negro” en el British Open, uno de los torneos de mayor prestigio del circuito europeo.
“No sabíamos nada del mundo del Golf”; a principios de los 70 “era un deporte elitista” aún para Francia, narra el hermano de Jean. Como fruto de la insistencia, el pequeño de seis años fue inscrito a un club de la especialidad… el único niño inscrito en el club.
Pasados los años, tras ser el primer francés en ganar el Masters de Roma en 24 años, Jean se convirtió en el campeón que la reducida afición en Francia esperaba: la mesa estaba puesta para escalar peldaños hacia el cielo de las leyendas.
En “El hoyo 72”, Losers nos habla de este deportista sui generis, cuyo legado es el fruto de una de las derrotas más inverosímiles de las que se tenga memoria en ese deporte. No obstante, perder cuando la victoria era inminente forjó su carácter y también produjo un formador de nuevas generaciones de golfistas en su país y un activista de escala mundial en favor de los niños.
“Es alguien digno de admiración. Demostró a través de los años el tipo de persona que es por las cosas a las que se dedicó con devoción, como la UNICEF”.
La narrativa del optimismo suele estar llena de recetas prácticas y libros milagrosos de autoayuda. Losers, en cambio, nos acerca al testimonio narrado en primera persona por quienes vivieron ese momento de derrota y lo transformaron en una manera más armoniosa de vivir, emprendiendo nuevos retos.
Alto Nivel.
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