El 38,1% de los españoles disfrutó más de este entretenimiento clásico durante el confinamiento. Esta nueva afición parece que ha vuelto para quedarse, al menos durante estas Navidades
Un domingo por la tarde, la tienda de juegos de mesa Metamorfo (Getafe, Madrid) está prácticamente llena. Santi Palacios, el dueño de este espacio de culto para el entretenimiento analógico, enseña a un padre con dos hijos las reglas del Carcassone. Al lado, un grupo de amigos se entretiene con una partida de rol. Solo está vacía la zona reservada a los más pequeños. Cualquier aficionado puede pasar un buen rato allí entre cartas y tableros o comprar el juego para disfrutar en casa. Ha crecido el interés en los juegos de mesa, sobre todo desde el confinamiento. Viene mucha gente buscando pasatiempos para disfrutar en pareja y en familia, cuenta el empresario, capaz de recitar decenas de títulos hasta encontrar el más adecuado para cada persona. Incluso hay niños que han pedido celebrar aquí sus cumpleaños.
Hace unos años que vivimos un renacimiento de la afición a los juegos de mesa porque hay muchos más títulos modernos que conviven con los clásicos (parchís, oca, Monopoly, Trivial…). Esta nueva generación de juegos, una tendencia que empezó en países como Alemania y Francia y que ya ha llegado aquí, es muy rica, con más juegos y mejores. Además, ha crecido el número de tiendas especializadas, lo que genera más aficionados. Hoy en día la variedad es tal que es fácil encontrar algo que nos guste, apunta Imma Marín, asesora pedagógica de la Fundación Crecer Jugando. Y el confinamiento, puntualiza, ha sido como acercar el fuego a una cerilla: una verdadera explosión. De hecho, el CIS confirmó en el estudio «Efectos y Consecuencias del Coronavirus» que el 38% de los españoles jugó durante el encierro más con sus familiares, pareja o compañeros de piso. Nuestra afición ha crecido, según un informe de la empresa NPD Group, más que la de nuestros vecinos europeos: un 45% de los encuestados dedica más tiempo a estos pasatiempos desde que comenzó la pandemia, cifras que nos sitúan por encima de Francia (37%), Reino Unido (31%) y Alemania (27%).
El juego de mesa, además, ya no es un entretenimiento de frikis, recuerda Marín. «Ha crecido tanto el número de aficionados como la frecuencia de juego. El público que se ha incoporado es más familiar. También hay muchos aficionados que se han lanzado a probar otros títulos para disfrutar con sus padres y abuelos», cuenta Iolanda Zapata, portavoz de la editora y distribuidora de juegos Zacatrus, que multiplicó por 150 sus ventas digitales en el confinamiento. También ha aumentado el número de clientas, muchas de ellas madres que buscan juegos a partir de los 2 años. Estos pasatiempos garantizan horas de un entretenimiento sano y barato, subraya.
Todo beneficios
A nivel pedagógico, estos pasatiempos son beneficiosos a muchos niveles. Impactan en todas las áreas de desarrollo de cualquier persona: mejoran las habilidades motrices y cognitivas, así como el razonamiento, el lenguaje la estrategia… Además, en todos los juegos de mesa se trabaja con las emociones, porque tienes que aprender a controlar tus sentimientos, a diferir el deseo. Y luego está la parte social, que obliga a estar con otros y llegar a acuerdos. Son excelentes para el desarrollo del aprendizaje de una forma clásica y natural, subraya Marín. La edad inicial para comenzar a desenvolverse entre los tableros y las fichas, según esta experta, son los 5 o 6 años, aunque si el niño los pide se les puede inculcar esta afición antes. «A diferencia de los videojuegos, con los de mesa no estamos solos frente a la pantalla. A nivel de relaciones, nos vuelven a juntar en el comedor y generan hábitos de ocio positivo en familia. Mientras jugamos no hay jerarquías, todos somos iguales delante de las reglas del juego, y esos momentos generan luego recuerdos positivos que alivian la tensión del día a día», admite.
Pero este entusiasmo por el entretenimiento no está solo vinculado a la presencia de niños pequeños en la familia y la necesidad de entretenerlos. Entre los que declaran jugar más que antes, el 41% son hogares en los que no hay menores, según recoge NPD Group. Se han disparado también los juegos en pareja, incluso los hay solitarios, apoyan desde Metamorfo.
En Metamorfo, los juegos más demandados estos últimos meses han sido Virus -creado por los diseñadores españoles Domingo Cabrero, Carlos López y Santi Santisteban- y Pandemic, muy propios de estos tiempos de pandemia que vivimos. Hasbro, que ha visto crecer las ventas de juegos de mesa un 13% en el primer semestre del año, subraya que las ventas del clásico Monopoly se han disparado un 75%. También el Trivial Pursuit, Cluedo, Risk o Jenga han sido muy buscados. «De momento, funciona el boca-oreja, nos fiamos de las recomendaciones de nuestro entorno, aunque los más expertos incluso siguen a determinados autores y festivales.
Incluso en las aulas
Hay toda una corriente pedagógica que plantea llevar esta afición al aula y entrenar el aprendizaje basado en juegos adaptados al curriculum según las edades de los chicos, según plantea Marín. Norberto Cuartero, profesor de Tecnología Educativa y Competencias Digitales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), plantea que estos nuevos juegos de mesa que han descubierto en casa los niños «hiperestimulados» por las consolas pueden ser unos grandes aliados para trabajar determinadas habilidades en las aulas. En un juego de mesa no siempre vas a ganar y ese es un concepto que en la sociedad actual hay que saber introducir en los niños y los jóvenes, afirma el docente, que recomienda que es importante elegir bien el juego. Los juegos clásicos, además, ofrecen la oportunidad de poder adaptarse en clase.
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