En Israel, la magia de las vacunas empieza a notarse

Su llegada ya parece estar reduciendo los ingresos hospitalarios y posiblemente los contagios

Israel es el país del mundo donde la vacunación va más deprisa. El 23% de la población está vacunada; hace dos semanas que lo está el 50% de los mayores de 60 años y el 39% de la población general ha recibido al menos una dosis. Pero este proceso ha ocurrido mientras el país se ponía bajo confinamiento estricto, para cortar su tercera ola, y eso ha hecho más difícil observar los efectos de una y otra cosa por separado.

Sin embargo, empezamos a tener pruebas bastante firmes de que las vacunas funcionan y están reduciendo deprisa los casos más graves de covid-19.

La mejor ilustración, este gráfico de Eran Segal, científico del Weizmann Institute, que me ha cedido los datos. Muestra el ritmo de las hospitalizaciones para dos grupos: menores y mayores de 60 años. ¿La clave? Los ingresos bajan más deprisa para los mayores, que han sido los primeros en vacunarse.

La magia de las vacunas empieza a notarse (en Israel)

Aunque es un estudio preliminar, Segal ha comprobado que esto no pasó durante el anterior confinamiento, lo que apunta a las vacunas como causa. También ha observado que el número de ingresos cae más de prisa en las ciudades con más personas vacunadas, algo que sugiere lo mismo.

Parece haber consenso. Gabi Barbash, experto en salud pública también del Weizmann, explicaba en France 24: “Sabemos que las vacunas están haciendo decrecer la incidencia de la enfermedad grave”. Para el virólogo Florian Krammer, como dice en Nature, “son signos tempranos y esperanzadores de que la vacuna está funcionando en la población”.

Los resultados en Israel vienen a corroborar lo que ya sabíamos por los ensayos clínicos: que las vacunas evitan que las personas enfermen. En esas pruebas han demostrado unos niveles de eficacia que son espectaculares. Es algo que, creo, no hemos subrayado suficiente:

  • Tres vacunas reducen los casos sintomáticos a la décima parte: las de Moderna (95%), Pfizer (94%) y Sputnik (92%). La inyección de AstraZeneca tiene una eficacia del 76% y la de Johnson & Johnson del 66%. Ese dato parece peor, pero es bastante bueno.
  • Además, el ensayo de Johnson & Johnson demuestra otra cosa: la vacuna evita el 85% de los casos graves de covid.
  • Las vacunas protegen de enfermar de gravedad (al menos contra las cepas que circulan). En los ensayos de Moderna, Pfizer y Novavax, con decenas de miles de personas, hubo 40 casos graves en el grupo placebo, pero solo uno entre los vacunados.

Otra buena noticia es que las vacunas probablemente reducen la transmisión del virus, lo que contribuirá a frenar los contagios.

Sobre esto no hay datos definitivos, pero sí indicios. En Israel, como se explicaba en Nature, un análisis preliminar a 200.000 personas vacunadas, en comparación con un grupo similar sin vacunar, ha observado que la probabilidad de dar positivo en un test se reducía en un 33% con la primera dosis. Además, esta semana otro estudio con la vacuna de AstraZeneca sugería que la transmisión se reduce en un 67% tras la primera dosis.

Hace ya semanas que el epidemiólogo Marc Lipstich, de Harvard, escribió diciendo que esto era lo que esperaba que ocurriese: “Es muy probable que las vacunas existentes, muy eficaces contra las infecciones sintomáticas, también contribuyan a reducir la transmisión”. Su expectativa era que la redujesen en un 50% o 70%, lo que parece preciso.

Este último dato es una buena noticia, pero solo a medias. Las vacunas ofrecerían una “protección parcial contra infectarte y transmitir el virus”. La palabra clave es “parcial. Lipstich explicaba que, con ese 50%-70% de protección, lo más probable es que la vacunación no baste, por sí sola, para prevenir la transmisión sostenida de la enfermedad. Es decir, que estaríamos protegidos de enfermar —que será algo fantástico— y el virus se expandiría más despacio, pero la inmunidad de rebaño que conseguiríamos no sería suficiente para suprimirlo.

Esa y otras incógnitas hacen imposible predecir cómo acabará esta crisis. No sabemos si el virus desaparecerá o si alcanzaremos algún equilibrio endémico, por ejemplo. Son preguntas para los próximos meses. Mientras tanto, haremos bien en celebrar este nuevo éxito: ya hay países donde las vacunas están salvando de enfermar a miles de personas vulnerables.

El País

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