Las “oportunidades” siempre están presentes y quienes necesitan recursos o tienen dinero para invertir son blancos potenciales, especialmente en tiempos de crisis.
En periodos de crisis, la necesidad de recursos saca lo mejor de la sociedad, y también lo peor. Los delincuentes siempre están atentos a las debilidades y “huelen” hasta la más mínima oportunidad. Por increíble que parezca, las épocas de crisis también generan esas oportunidades y las vulnerabilidades son detectadas por quienes buscan hacer daño ya sea a quienes quieren obtener un mejor rendimiento en un escenario de muy bajas tasas de interés, o aquellos que tienen la necesidad de préstamos urgentes y sin tantos requisitos; también a quienes confían en la buena fe y quieren vender propiedades o desean tener liquidez para negocios, inversiones etc.
Con base en las recomendaciones que en su momento han emitido a sus clientes instituciones bancarias como CI Banco, Citibanamex, BBVA, Santander, Banorte, HSBC y la propia Comisión para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), enseguida detallamos un decálogo para que, en estos tiempos de caos, podamos evitar al máximo ser víctima de algún fraude.
1) No hay como el sistema financiero formal: En la medida de lo posible, es necesario evitar tener operaciones o negociaciones con empresas que no estén dentro del sistema financiero formal del país, sobre todo si de depósitos se trata. Recordemos que, por ley, todas las instituciones bancarias tienen una cobertura de seguro por el equivalente de hasta 400 mil Unidades de Inversión (UDIS), seguro de depósito. Al día de hoy dicho seguro equivale a 2 millones 575 mil pesos mexicanos.
2) Papelito (con seguro de depósito), habla: En algunos casos existen empresas que aseguran pagar “bajo contrato” determinada tasa de interés; juran que al firmar un contrato los recursos están seguros y que ese mismo documento ampara a los inversionistas ante la justicia. Son dos cosas diferentes. Primero, la firma de un contrato con una compañía que no esté regulada en el sistema financiero mexicano no ampara los recursos, es en los hechos un convenio mercantil y, por lo tanto, altamente riesgoso. Segundo, el documento firmado puede servir para demandar a la empresa en caso de incumplimiento, pero no ante las autoridades financieras sino ante las instancias penales. En este último caso, será el denunciante quien deba seguir un larguísimo juicio para tratar de recuperar sus recursos, con los costos y el consabido desgaste físico y emocional.
3) Las instancias reguladoras del sistema financiero son únicas: Algunos defraudadores llegan a señalar que están regulados por la Procuraduría Federal de la Defensa del Consumidor (Profeco), que tienen contrato autorizado por dicha instancia. La Profeco sin duda hace una gran labor en la defensa de los consumidores, pero no de quienes invierten recursos en instituciones poco transparentes al no estar reguladas por las instituciones del sistema financiero mexicano. Por ejemplo, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) como su nombre lo indica, regula las operaciones de los bancos y las instituciones de valores (BMV, BIVA, etc); la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas regula las operaciones de las aseguradoras y afianzadoras, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), hace lo propio con las Afores, etcétera.
Si alguna compañía no está regulada por algunas de estas instancias y varias más que conforman el ecosistema regulatorio financiero en México, es una mala señal.
4) No conformarse con dichos, sino con hechos: Cuando una empresa, la que sea, se acerca a un inversionista potencial y le dice que está regulada por X institución, es casi obligación verificar que sea cierto, sobre todo cuando estamos ante empresas poco conocidas.
5) Nadie serio, persona o empresa, pide dinero para prestar ¡dinero!: ¿Cuál es el absurdo?, que algunas personas acceden a realizar depósitos de dinero como supuesta “garantía”; se trata de algo increíble pero que llega a suceder, si alguien se acerca a una institución para pedir prestado es porque lo necesita, pero resulta que le piden lo que se supone no tiene y le urge: dinero. Es una trampa, nadie serio pide dinero para prestar eso mismo.
6) Cuidado con las tasas fuera de lo normal: Esta es una señal clásica de que algo anda mal, pero el “gancho” funciona muchas veces. Aquellos inversionistas demasiado ambiciosos y con poco conocimiento del mercado financiero suelen ser víctimas constantes. Ya de entrada el primer error es invertir en empresas no reguladas, porque quienes ofrecen este tipo de rendimientos “exorbitantes” son por lo general este tipo de compañías; luego se profundiza el error al caer en la trampa de una tasa fuera de lo común, muchas veces incluso “exorbitante”, la posibilidad de fraude es muy alta.
7) No existen los créditos “preaprobados”: No cuando menos en el sistema financiero formal; todos los mecanismos de cobertura y protección están diseñados para que los préstamos sigan un proceso regido por la seguridad. Los préstamos preaprobados pueden ser una buena herramienta de fraude sobre todo porque se pide dinero a cambio de este supuesto crédito. Una vez más aplica el punto 5 de este decálogo: Nadie serio, persona o empresa, pide dinero para prestar ¡dinero!
8) Aunque trabaje en una institución, no descuide a su asesor: La inmensa mayoría de los asesores financieros, ejecutivos de inversión, ejecutivos de cuenta, o como se llame, son personas honestas y profesionales. Sin embargo, decían los inversionistas de antaño que “el dinero es muy celoso“, y debemos cuidarlo al máximo. Aunque un asesor trabaje en la institución y esta le otorgue la debida confianza, no está demás que de vez en cuando llame usted al banco o institución y pregunte por quien lo atiende, quizás podría estar en contacto con alguno de sus superiores incluso con el pretexto de felicitarlo, o cosa por el estilo. De paso es importante señalar que un asesor profesional siempre le sugiere las alternativas de inversión más acordes con su perfil, por lo tanto, no confíe demasiado en aquel que le aconseja inversiones que para usted son en extremo riesgosas o que no van con su perfil. Inversiones “extrañas”, por decirlo de alguna manera.
9) Aunque papelito habla, no entregue dinero en cuenta u oficina que no sea la de la institución: Este punto resalta la cobertura que tenemos con las instituciones reguladas en el sentido de que cualquier acto fraudulento o de quiebra en la institución contamos con una garantía de hasta 400 mil UDIS y su equivalente en pesos. Pero, es importante seguir ciertas reglas para que dicha garantía se cumpla; por lo tanto, nunca entregue dinero en otro lugar que no sea la oficina o la cuenta de la institución en la que va a invertir, es la garantía de su patrimonio. Incluso, evite hacerlo en el supuesto de que le den un documento por esos recursos que entrega en un lugar o cuenta que no debe, ¿está usted seguro que el documento es auténtico?
10) Sea desconfiado hoy, mañana y siempre: Este último punto es la regla básica; no se trata de ir por la vida viendo amenazas por todos lados ni pensando que todos nos pueden defraudar o se nos acercan con malas intenciones, Pero, el ser desconfiado en cuestiones de dinero nos ayudará a estar un poco menos expuestos a los fraudes financieros, sobre todo en momentos en los que la necesidad o ambición nos puede hacer más sensibles.
Alto Nivel.