Conocimiento, educación y cultura, caminos contra la Covid-19

Es indispensable una comunicación objetiva y con responsabilidad científica, señalan participantes

Una de las principales lecciones que nos ha dejado la pandemia ha sido la reivindicación del conocimiento científico y humanístico, de la educación y de la cultura como guía central para la participación social, aseguraron quienes intervinieron en la discusión académica 100 Días de Pandemia en México.

A seis meses de haber sido descubierto en China, y cien días de haber llegado a México, el virus SARS-CoV-2 ha ocasionado un enorme daño. Aun así, también ha sido una oportunidad para aprender y valorar lo que es indispensable para construir un futuro más seguro, enfatizó Samuel Ponce de León, organizador del encuentro, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud y coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus.

Acompañado por William Lee Alardín y Guadalupe Valencia García, coordinadores de la Investigación Científica y de Humanidades, respectivamente, Ponce destacó que las acciones de salud pública no deben desvirtuarse en el actual concierto de superficialidad, politización y denostación, porque ello confunde y no ayuda a informar y orientar a la población.

“En seis meses hemos visto cómo ha ocurrido una gravísima sucesión de infecciones, que alcanza hoy más de siete millones de casos en el planeta, casi medio millón de muertes, y para México se han acumulado más de cien mil casos y más de 10 mil decesos”, resumió.

Respecto de lo que viene en los próximos 12 a 18 meses, Ponce de León se refirió a lo imprescindible de ajustar actividades a la situación epidemiológica (requerimientos hospitalarios); mantener un mensaje claro, sin distractores, centrado en la prevención y las acciones de salud pública; considerar un futuro asociado al SARS-CoV-2 indefinidamente, y mantener a la vacuna en el horizonte como la mejor esperanza.

El camino de la ciencia

Con la convicción de que el conocimiento científico y la educación son recursos indispensables para hacer frente a la mayor crisis de salud que ha padecido el planeta en el último siglo, Lee Alardín habló de la relevancia de las numerosas acciones emprendidas en la UNAM desde principios de año.

En consideración a las contribuciones de la Universidad Nacional, resaltó el trabajo dedicado de la comunidad orientado a comprender y mitigar los efectos de la enfermedad, las iniciativas que hay en cuanto a tratamientos diagnósticos y vacunas, el diseño y fabricación de equipos de protección para personal médico (como mascarillas y caretas), y para pacientes, como ventiladores.

Igualmente, habló de la significación de comprender y monitorear mediante plataformas públicas y georreferenciadas la dispersión de la pandemia por el país, y sobre todo en las comunidades que por sus características son las más vulnerables; además, subrayó que las herramientas desarrolladas han estado a disposición de las autoridades desde el primer momento para facilitar la toma de decisiones.

Explicó que los escenarios para la evolución del contagio, que han estudiado los expertos de la Universidad Nacional, indican que es un fenómeno que no se termina de manera súbita y que su disminución depende principalmente de las medidas de prevención y distanciamiento físico de la población, por lo que un mensaje unificado y claro de las autoridades a todos los niveles es sumamente importante.

“Los efectos en la salud y en la economía reflejan lo esencial de contar con instituciones robustas, infraestructura de calidad y personas capacitadas para que con conocimiento e innovación se puedan enfrentar los retos cotidianos de la sociedad y las emergencias de diversa índole.”

William Lee remarcó que la emergencia sanitaria evidencia la relevancia de contar con una estrategia de largo plazo para generar conocimiento, innovar, hacer tecnología y tener educación de calidad en todos los niveles. “Debemos invertir en todas las áreas del saber, sin excepción y sin preconcepciones”.

Un nuevo “nosotros”

Guadalupe Valencia García planteó lo primordial de la educación y las instituciones académicas ante una crisis social causada por una nueva enfermedad, que terminará por infectar a millones de personas y que costará la vida a cientos de miles.

Acentuó la necesidad de contar con miradas multi y transdisciplinarias para comprender a la pandemia como un fenómeno global y multidimensional. “El conocimiento y la reflexión que hacen las ciencias sociales y las humanidades son imprescindibles para entender y atender las necesidades derivadas de una crisis que ha visibilizado y acentuado las desigualdades y la violencia en nuestra nación”.

“Es un acontecimiento total y global, pues como nunca antes somos partícipes en todo el mundo de la misma tragedia y eso nos hace contemporáneos de la Covid-19 que, para su interpretación y atención, requiere de todas las miradas, todas las disciplinas y todos los científicos y humanistas”, dijo.

Valencia García anotó que la duración de los estudios sociales y humanísticos será más larga que la de los estudios científicos de la vida y de la materia. Las investigaciones sobre la economía y la sociedad que den lugar a recomendaciones de política pública serán de mediano plazo.

“Estamos ante una época que puede ser muy inspiradora y fructífera en el plano intelectual. Cuando se abran las puertas, será imperativo construir un ‘nuevo nosotros’, una comunidad universitaria y una sociedad con espíritu responsable y solidario, menos individualista, más colaborativa y cuidadosa del medio ambiente.”

Comunicación efectiva

Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina (FM) y vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus, insistió en la necesidad de mantener un proceso de comunicación efectiva entre científicos, autoridades y sociedad para hacer frente a un virus que, globalmente, continuará generando daños.

Además presentó los resultados de dos encuestas sobre percepción de la pandemia en población general y en personal de salud, y reiteró lo esencial de reforzar las medidas de prevención de contagios en la comunidad, así como el cuidado, atención y protección del personal de salud.

En la primera encuesta, con tres mil 158 participaciones provenientes de 29 estados de la República, 89 por ciento considera que es un problema grave. En la otra, para personal de salud, consultaron a 424 profesionales que laboran actualmente en algún hospital de 30 estados, y arrojó que siete por ciento de ellos han recibido insultos o agresiones por su labor.

Las pruebas diagnósticas

Yolanda López Vidal, coordinadora del Programa de Diagnóstico SARS-CoV-2 de la UNAM y académica de la FM, informó que desde el 24 de marzo que entró en funciones la Clínica para el Diagnóstico Covid-19 de esta casa de estudios, y hasta el 31 de mayo, se habían recibido tres mil cien llamadas telefónicas, en las que se otorgaron dos mil 800 citas y se concretaron mil 206 pruebas, de las que 21 por ciento resultaron positivas; de ese universo, 45 por ciento son alumnos de posgrado en residencia médica.

“Son alumnos médicos residentes en distintas sedes hospitalarias; así apoyamos a quienes en nuestra comunidad están más expuestos y ven por los demás. En la implementación de diagnósticos cada vez más certeros y tempranos, se introdujeron pruebas complementarias como una evaluación de la capacidad olfativa, que ha sido útil para identificar a personas asintomáticas (12.6 por ciento)”, explicó la especialista, quien junto con el Instituto de Química se ha dado a la tarea de satisfacer esta demanda para hospitales y sitios con riesgo de transmisión.

“De la población atendida, 52 por ciento son hombres y 48 por ciento mujeres; la edad promedio es de 33 años. Cincuenta y cuatro por ciento son estudiantes, 30 por ciento académicos, 16 por ciento personal administrativo y trabajadores. Setenta y dos por ciento de todos los atendidos habitan en Ciudad de México”, puntualizó la especialista.

Ponce subrayó que el indicador para el desconfinamiento es la demanda hospitalaria: la vigilancia epidemiológica en servicios de urgencias, porque las secuencias de brotes seguirán incluso a lo largo de 2021, “aunque eso no significa que tengamos que estar necesariamente confinados, sino sobrellevar la relación que minimice el riesgo teniéndolo presente siempre”.

Indicó que la UNAM mantiene su estrecha alianza con el resto del país, participando en todas las áreas del conocimiento para mitigar las consecuencias y aprender cómo construir un mundo mejor.

“La crisis que resulta de esta pandemia debe derivar en la construcción de instituciones de salud con suficiencia y capacidad, de organismos dedicados al estudio, prevención y vigilancia de epidemias y otros eventos catastróficos, como el calentamiento global, y de acciones para una sólida cultura sobre prevención y cuidado de nuestra salud y de nuestra especie”, comentó.

En la sesión de preguntas y respuestas, William Lee Alardín resaltó que la evolución de la Covid-19 nos dictará un posible regreso de forma ordenada y prudente, aunque no puede ponerse una fecha absoluta la cual “se encuentra ligada al comportamiento de la gente y si tenemos precauciones”. Esperamos, concluyó, “que disminuya como en países que han tomado medidas” e insistió: “rebrote no es igual a confinamiento”.

Con información de Gaceta UNAM

También te puede interesar:

Cómo es que la educación se relaciona con el crecimiento económico

El antídoto de la pobreza no es el dinero, es la educación

About the author

Revista de Negocios, Política y Turismo. QUINCE años de enriquecer el intelecto y fomentar el emprendedurismo.

RELACIONADOS