¿Qué es la fuerza de voluntad? Se trata de la habilidad o la capacidad que una persona tiene para lograr un objetivo determinado, venciendo las dificultades, las distracciones y los obstáculos.
No solo se refleja en conseguir el logro, sino también en esfuerzo cuando la corriente no nos empuja en esta dirección. Es decir, no rendirnos, ni darnos por vencidos, ni ceder a los deseos a pesar de que los resultados no sean inmediatos.
Al principio la motivación es grande, pero luego, nuestra mente nos va poniendo trabas y habilitando excusas para abandonar, y como es algo que lleva tiempo, necesitamos vencer dichas dificultades a base de mejorar la fuerza de voluntad.
Para mejorar la fuerza de voluntad es preciso ser conscientes de que se trata de una habilidad psicológica que hay que trabajar, puesto que se adquiere y se potencia durante toda la vida, por lo que el uso de estas claves nos va ser de gran ayuda.
Establecer objetivos claros y realistas. Muchas veces nos proponemos metas que son imposibles de cumplir, falacias que en nuestra mente representan el éxito, que no corresponden con los márgenes que nos concede la realidad, ni con lo que podemos lograr en los tiempos que nos hemos marcado. Esto, al principio, puede parecer apasionante, pero cuando la realidad se imponga, veremos que tenemos que tener en cuenta nuestra constitución, edad, etc.
Hay determinados logros que no podremos acelerar, por muy grande que sea nuestro deseo.
Planifica mediante un calendario las diversas tareas No vale el clásico “mañana empiezo”, pues así pasan las semanas y los meses y luego llega el estrés y la culpabilidad por haber postergado.
Te has fijado los objetivos, el tiempo que te van a llevar y las diferentes tareas, así que manos a la obra.
Haz un calendario y horario con la distribución diaria de tus tareas, establece tiempos que puedas cumplir sin problemas, ni demasiado cortos, ni demasiado largos y en momentos del día en los que no tengas obligaciones, de manera que el nivel de estrés no suba. Así, cuando el hábito esté bien establecido, el volumen de voluntad que tendrás que emplear se reducirá. Lo que antes costaba, ahora es simplemente un acto automático.
Limita la cantidad de objetivos. No es aconsejable llenar nuestra agenda de objetivos que requieran de una gran voluntad. Raciona tu voluntad, igual que planificas el tiempo. Ambos son dos recursos limitados, aunque en alguna ocasión pueda parecernos lo contrario.
Si no sabes cómo fortalecer tu voluntad busca ayuda psicológica para que puedas encontrar las fortalezas que te llevar a los objetivos que te planteaste.
Dra. En Psic. Laura Álvarez Alvarado
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De dónde nace la fuerza de voluntad
Aunque la fuerza de voluntad es una expresión que todos usamos sin reparar en ello, la verdad es que se trata de un concepto frente al cual hay grandes controversias. Desde el punto de vista filosófico, tiene su origen en la metafísica, particularmente en Aristóteles. Desde allí se introdujo en las diversas religiones occidentales, convirtiéndose en una virtud de primer orden.
La fuerza de voluntad se define como la capacidad para dirigir y controlar las acciones propias. Los metafísicos y las religiones señalan que esa fuerza nace exclusivamente de la libre determinación de cada persona.
“La fuerza de voluntad es la mente como un ciego fuerte que lleva sobre los hombros de un hombre cojo que puede ver”
-Arthur Shopenhauer-
Sin embargo, el psicoanálisis planteó serios reparos tanto al concepto de “voluntad”, como al de “fuerza de voluntad”, debido al descubrimiento del inconsciente.