Afrontando la creciente amenaza de los conflictos por el agua

El cambio climático y el rápido crecimiento de la población están agravando la escasez de agua. Charles Iceland, del Instituto de Recursos Mundiales, habló con DW sobre los conflictos mundiales resultantes

Cada vez más personas en el mundo no tienen acceso seguro y libre a agua potable y viven en una creciente preocupación.

Varios factores, entre ellos, el cambio climático y la mala gestión, están incrementando la escasez mundial de agua. Esto, junto con otros problemas sociales como el aumento de las desigualdades y las tensiones étnicas, amenazan con provocar conflictos entre los Estados y dentro de ellos.

Charles Iceland es jefe de proyectos en el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), una iniciativa mundial sobre cuestiones ambientales. Habló con DW sobre los conflictos relacionados con la escasez de agua y cómo evitarlos. Asimismo, nos explica la nueva herramienta Agua, Paz y Seguridad (WPS, por sus siglas en inglés), que predice dónde se pueden producir enfrentamientos durante los próximos doce meses, y cómo podrían evitarse.

Según Charles Iceland, del Instituto de Recursos Mundiales, la escasez de agua por sí sola rara vez causa violencia, pero es un “multiplicador de amenazas”.

DW: ¿Qué es un conflicto por el agua y cómo surge?

Charles Iceland: En muchos lugares del mundo está aumentando la demanda de agua con respecto a la disponibilidad existente. A veces, los conflictos no son violentos, como en Australia o California, donde la gente usa el sistema legal o resuelve sus problemas sin violencia. Pero en muchos otros lugares, el conflicto es grave, y la capacidad de resolverlo no está bien desarrollada. En estos casos, la lucha por estos escasos recursos se desarrolla de forma violenta.

¿Cuáles son las regiones y los países en los que el agua, la escasez de agua y la calidad de la misma desempeñan un papel en los conflictos?

La población del África subsahariana está creciendo de forma muy rápida. Desde 1960 se ha cuadruplicado. Los recursos, sin embargo, se han mantenido iguales o se han reducido. Esto se debe al cambio climático o a la desertificación, que está reduciendo la tierra cultivable. Así que hay muchos conflictos violentos entre los pequeños agricultores y pastores, que luchan por los escasos recursos de tierra y agua. En los últimos dos años, hemos visto a ganaderos masacrando a comunidades agrícolas y a estas tomando represalias.

También estamos viendo muchos conflictos violentos en Oriente Medio. Por ejemplo, en Irak, donde muchas de las manifestaciones de hace unos meses atrás condujeron a la dimisión del primer ministro. Algunas de las quejas se referían a la falta de servicios, que incluían la falta de acceso a agua potable y electricidad. Sin estos recursos, la gente se enferma. Hace aproximadamente un año y medio, 120.000 personas en Basora fueron hospitalizadas por beber agua contaminada.

Y esta escasez de agua también es un problema en lugares como Irán, Afganistán e India. Estas son algunas de las zonas conflictivas.

¿Así que podría ser un conflicto interestatal, pero también un conflicto intraestatal entre diferentes actores sociales?

Cuando se produce un conflicto violento, normalmente se desarrolla a nivel subnacional. Existen conflictos internacionales por el agua, pero rara vez se resuelven con violencia. Así, por ejemplo, India y Pakistán luchan por el agua en el río Indo. Irak y Turquía se enfrentan por el agua en los ríos Tigris y el Éufrates. Egipto y Etiopía disputan el recurso hídrico en la cuenca del Nilo Azul. Estas partes tratan de resolver los problemas de forma no violenta a través de la diplomacia.

¿Habrá guerras por el agua en el futuro? ¿Será el agua el nuevo petróleo?

Ambas, como muchas metáforas, no son del todo acertadas. Las guerras rara vez se libran por el agua como único asunto. Más bien vemos el problema como un multiplicador de amenazas. Se trata de una cuestión de fondo. Si existen otros problemas que conducen a la inestabilidad, como las tensiones entre grupos étnicos o cualquier cosa que pueda desencadenar violencia, el hecho de sufrir escasez de agua desestabiliza aún más la sociedad, que tendrá menor capacidad de resolver las disputas de manera consensuada.

¿Qué papel juega el cambio climático en la escasez o calidad del agua?

Nos resulta difícil atribuir una sequía o una inundación en particular al cambio climático. Pero estamos viendo un aumento muy dramático de la frecuencia y la gravedad de las sequías en algunas partes del África subsahariana y Oriente Medio. Tenemos una disminución general de las precipitaciones en algunas de estas regiones. A veces las lluvias se mantienen constantes, pero de vez en cuando hay períodos muy largos de sequía e inundaciones. Eso es lo que han predicho expertos en cambio climático.

¿Qué otros factores pueden conducir a la escasez de agua?

La gestión de los recursos hídricos es un factor crítico. En teoría, en algunos lugares la gente tiene agua suficiente, pero la gestiona mal. Está perdiendo agua o la está contaminando. Y luego hay problemas río arriba y río abajo. Hay muchos casos en los que los usuarios de arriba tienen acceso a agua, pero los que viven río abajo están en desventaja porque reciben menos agua.

¿En qué consiste exactamente la herramienta “Agua, Paz y Seguridad” (WPS, por sus siglas en inglés)?

Somos un consorcio de nueve organizaciones de Estados Unidos y Europa, que están trabajando juntas para identificar los lugares críticos con escasez de agua. El objetivo es ayudar a la población local y a la comunidad mundial a evitar los conflictos o minimizar sus efectos. Con este fin, hemos desarrollado un modelo basado en el aprendizaje automático, que intenta predecir dónde podría estallar un conflicto durante los próximos doce meses. Para ello, hemos empleado factores políticos, económicos, sociales y demográficos, que podrían predecir un conflicto inminente. Asimismo, a ese grupo de indicadores, les hemos añadido otros de inseguridad alimentaria y de agua. Tratamos de identificar estos puntos calientes y averiguar si son conflictos provocados por la escasez de agua u otras causas.

¿Cómo se puede resolver un conflicto por el agua?

Hay muchos ejemplos a nivel subnacional e internacional en los que organizaciones mundiales o nacionales han reunido a dos partes de un conflicto. Un muy buen ejemplo se dio en 1960, cuando el Banco Mundial reunió a los gobiernos de India y Pakistán para elaborar un tratado que dividió las aguas de la cuenca del río Indo. Ese tratado ha sido objeto de presiones recientemente, pero, al menos hasta hoy, ha podido evitar que India y Pakistán resuelvan su conflicto por la fuerza.

Con información de Deutsche Welle

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