La resiliencia y otras claves para ver el vaso medio lleno estas fiestas

Nostalgia, enfados, quejas…  son emociones que surgirán en estas fiestas, y vale la pena saber gestionarlas 

Las cenas, copas y otros eventos colectivos que tomaban la actualidad las dos últimas semanas de diciembre palidecen por las restricciones de movimiento, horario y reunión. Algo inaudito en unas fechas en las que el principal motivo de estrés se asociaba con tener que lidiar con una lista interminable de citas regadas por alcohol y con una dieta por encima de lo saludable. 2020 se recordará como el año en que no hubo que “aguantar” los comentarios poco afortunados de ciertos parientes, pero también por la carencia de abrazos y cercanía, en la más descafeinada edición de la Navidad.

Además, durante estas fechas, muchos de los sentimientos que alienta la crisis sanitaria se verán incrementados, como la sensación de vacío, preocupación, nostalgia o enfado. “No podemos evitar sufrir estrés ante la situación, pero sí podemos activar los recursos propios para evitar caer bajo sus efectos” afirma Ángela Jordana, directora y fundadora de la Escuela de Competencias para la Vida y la Salud.

Quienes hayan experimentado pérdidas o episodios especialmente dramáticos durante la pandemia, pueden desarrollar aversión ante la Navidad. Y parapetarse en el hogar no solucionará el problema. Sin embargo, se pueden encontrar recursos para manejar su impacto que, incluso, pueden ayudar en el desarrollo personal. 

“Somos seres flexibles y resilientes; de la misma forma que nos hemos adaptado a un confinamiento domiciliario, que hemos aceptado que no podemos ir a un concierto o a una fiesta multitudinaria como lo hacíamos antes, podemos ahora pasar una Navidad diferente a la de años pasados”, explica Leire Victoria Pérez, psicóloga de iFeel.

Somos seres flexibles; podemos adaptarnos a unas fiestas diferentes a las de años pasados”

Estas son algunas pautas para identificar las sensaciones más probables y menos agradables, y algunas claves para poder  gestionarlas.

Two twin girls opening gifts with their grandparents at home for Christmas, wearing a protective face mask and maintaining social distancing

Reorientar el inconformismo

Enfocarse en lo que se puede hacer, no en las restricciones

Cambiar de hábitos cuesta, sobre todo cuando se trata de una transformación impuesta. Verse privado de libertad para hacer y para ver a quien se quiera puede derivar en enfado y frustración. Esta es la realidad de los hechos y, aunque no se puede variar, sí es posible modificar las reacciones personales ante la misma. Algo que comienza por aceptarla.

“Podemos transitar estas Navidades con actitud de queja o de inconformismo mal enfocado, pero con ello solo nos expondremos a un daño emocional”, indica Aída Rubio, psicóloga y coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat. Sin embargo, el citado inconformismo se puede reconducir.

La experta propone trabajar con determinadas afirmaciones: “Aunque esta Navidad sea diferente, no voy a dejar que esto nos desanime a mí o a los míos; no pasa nada por unas Navidades diferentes, el año que viene las festejaremos el doble. Hay distintas formas positivas de readaptar tu mirada sobre la situación. Esta es una actitud constructiva desde la que partir para tomar iniciativas positivas”, añade. Es importante enfocarse en los que se puede hacer, no en las restricciones.

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Practicar la resiliencia

La rigidez es enemiga del bienestar emocional

La crisis sanitaria ha demostrado que es imposible controlar ciertos acontecimientos. De hecho, atravesar con holgura la situación actual se relaciona con la capacidad de adaptarse a los cambios, con la resiliencia

“Si hay algunas tradiciones que no podemos hacer este año, siempre podremos acomodarlas al momento presente o crear nuevas tradiciones. Conservar las tradiciones es positivo, pero con flexibilidad. La rigidez es enemiga del bienestar emocional”, propone Rubio. 

Participar del momento de la preparación de la cena de Navidad de forma virtual u organizar comidas virtuales (para quienes no se puedan unir de forma analógica), son algunos ejemplos.


Por otra parte, algunas de las medidas impuestas pueden resultar injustas para ciertos miembros de la familia, que puedan quedar excluidos en los momentos más señalados. Ante estas circunstancias se pueden encontrar soluciones que satisfagan a todos o mejor aún, buscarlas en una asamblea familiar o de amigos. 

“Podemos utilizar el criterio de practicidad para la elección de las personas con las que vamos a pasar los días clave en fechas navideñas. En primer lugar, priorizaremos aquellos miembros de la familia que se encuentren geográficamente cercanos. 

Por otra parte, tengamos en cuenta a aquellas personas que puedan, quizás, estar solas en esas fechas, o, que hayan atravesado situaciones especialmente complicadas recientemente, podemos contar con ellas en primer lugar”, sugiere Pérez, de iFeel. 

Asimismo, y al ser varias las festividades, siempre que se mantengan las medidas de seguridad se pueden establecer diferentes grupos para cada una de ellas. Esto evitará que nadie se sienta excluido u ofendido, por no participar. “No debería haber motivo para la ofensa, ya que no estamos hablando de gusto o preferencia, sino de adaptarnos a una situación nueva para todos con responsabilidad”, continúa.

Escoger invitados

Por asamblea familiar o priorizar a quienes estén más solos o en situaciones complicadas

Video call on a laptop screen during Christmas. Celebrating Christmas holidays during Coronavirus Covid-19 pandemic concept. Social distancing concept.

Ver el vaso medio lleno

Compartir con los seres queridos aunque sea de otro modo

Son fechas en las que las emociones afectivas están a flor de piel, lo que puede desencadenar nostalgia o tristeza debido las pérdidas sufridas o por la imposibilidad de continuar la tradición como se acostumbraba. “Afortunadamente, estamos en un punto más optimista con respecto al que nos encontrábamos en abril y, gracias a ello, podemos compartir tiempo con nuestros seres queridos, aunque no sea del modo que agrade a todos”, explica Pérez.

​Asimismo, reforzar la idea de que seguir las restricciones garantiza un escenario más amable al que hemos vivido durante los primeros meses de la pandemia puede ayudar a lidiar con este escenario. “Cualquier situación que nos pone a prueba, como esta, supone un aprendizaje, saquemos por tanto el jugo a este momento y pongamos el foco, al menos la mayor parte del tiempo, en lo que sí tenemos hasta ahora”, añade.

young woman in christmas interior with laptop

Aceptar los pensamientos negativos

La cuestión es verlos como algo pasajero

Intentar transformar en optimismo todo lo que pasa por la cabeza es un trabajo contraproducente. Ante las contrariedades que están alterando unas fechas tan señaladas en el calendario es normal que aparezcan pensamientos negativos. “Forzar el cambio de pensamiento negativo a positivo no siempre anula el conflicto interno, pues entraremos en pelea con nosotros mismos y no en serenidad”, señala Jordana. 

No obstante, para favorecer el equilibrio emocional y no dejar arrastrar el ánimo por esta visión de la realidad, se recomienda no analizar ni interpretar este tipo de ideas. “La clave está en verlas como algo pasajero y, si suceden con mucha frecuencia, plantearse si el pensamiento es útil. ¿Me aporta y ayuda a expandir al máximo mi bienestar? Si no es así, descartarlo es lo más saludable”, aconseja.

Girl wearing face mask on a Parisian street or at Christmas market looking at shop windows decorated for Christmas. Seasonal holidays during pandemic and coronavirus outbreak

Tomarse tiempo para uno mismo

Y evitar que nos afecten los juicios externos

Si en años anteriores las Navidades han sido un periodo especialmente orientado a volcarse hacia los demás, 2020 plantea un entorno idóneo para poner más atención en lo que experimenta el propio ser. “Conviene dedicar tiempo y espacio para nuestro propio cuidado, pero igualmente poder hacerlo, en la medida de las posibilidades de cada uno, con las personas del entorno”, recomienda la psicóloga de iFeel.

​Es importante cuestionar las propias emociones que se desencadenan ante los hechos: incomodidad, malestar, temores irracionales… “Párate un momento y pregúntate: ¿Qué no entiendo? ¿Qué información me falta? Y podrás, al indagar en ti, transformar lo que estás viviendo. Encontrar significado y recuperar la paz, no es un ejercicio mental, sino de escucha”, aclara Jordana.

​También es el momento para evitar que afecten los juicios externos a la hora de tomar determinadas decisiones, o en la forma de vivir las Navidades. “No has nacido ni estás en el mundo para cubrir las expectativas de nadie. Ni siquiera las tuyas propias”, comparte Jordana. La experta anima a no intentar agradar de forma permanente al entorno, ni dejarse influir por los comentarios que surjan en reuniones o redes sociales.

La Vanguardia

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