Práctica, en la que se ignora a una persona de manera abrupta, una práctica muy extendida en la sociedad actual
¿Qué es el ghosting? Aunque ahora se llame ghosting, ha existido toda la vida, y es que eso de desaparecer de mala manera cuando una relación se complica y no se sabe cómo terminar, no es invento de los tiempos modernos. Aun así, cuando hablamos específicamente de ghosting nos referimos a un patrón, que se aplica con asiduidad a relaciones cortas y que ocurre de la siguiente manera, tal como explica la psicóloga de Centro TAP, Diana Lozano: Encontramos que su dinámica más habitual es: conectamos, empezamos a escribirnos, tenemos una cierta continuidad y fluidez durante algunos días y de repente y sin previo aviso, la otra persona ya no responde, nos bloquea y cierra toda vía de contacto.
Podemos considerar esto algo nuevo ya que los medios a través de los cuales se realiza son también novedosos. No obstante, comenta Diana Lozano que siempre han existido las rupturas en las que la persona que decidía cortar la relación no tenía un afrontamiento activo de la situación, no daba la cara o directamente desaparecía. De aquí viene famosa la expresión ‘fue a por tabaco y no volvió’, dice la psicóloga. Aun así, afirma que en la actualidad es una práctica mucho más común que en otros momentos. Argumenta que la primera causa es que la cantidad de personas, potencialmente candidatas con las que tener algún tipo de relación, se multiplican a través de las plataformas que existen para poder ligar; también juega un papel el anonimato y la percepción de seguridad y aislamiento que da estar detrás de una pantalla.
Un shock inicial
Que alguien te haga ghosting nunca es plato de buen gusto, y nuestra reacción puede ser distinta. Por lo general, comenta la psicóloga Laura Coronel, también de Centro TAP, que uno de los primeros efectos que puede tener esta práctica en nosotros es el de la sorpresa. La interrupción de la comunicación suele ser abrupta e inesperada y, muchas veces, viene acompañada de bloqueos en todas las redes sociales y canales de mensajería. Esto genera unos instantes de confusión que dan lugar a todo tipo de preguntas, explica.
Tras este «shock» inicial, llega el proceso de negación, en el que se busca una justificación de lo ocurrido, y después es común asumir la culpa, con preguntas como ¿Habré hecho algo mal?. Todas estas reacciones vienen acompañadas de angustia, que es una emoción que surge al anticipar el advenimiento de una amenaza que, en este caso, serían las consecuencias de una ruptura, apunta Laura Coronel que añade que Hacer frente al dolor que supone saber que el otro no se ha tomado la molestia de dignificar la relación y despedirse es un proceso muy duro. Por ello, ser víctimas de ghosting puede hacer que no solo surja culpabilidad, sino que se tambalee el autoestima.
¿Qué hago si me hacen ghosting?
Aunque suframos si nos vemos en esta situación, una manera de solventar el problema es enfrentarnos a él directamente. Explica la psicóloga y sexóloga Raquel Graña, creadora del canal Íntimas conexiones, que en general, si nos sentimos mal con algo, lo primero que se debería hacer sería tratar de solucionar el conflicto. Por ello, en este caso recomienda escribirle a la persona que nos está ignorando, preguntarle qué le sucede y hacerle saber cómo nos sentimos. Si nos sigue ignorando, hay que tratar de ignorarlo y de darle tiempo y espacio hasta que decida manifestarse. Si bien, en este tiempo, lo mejor es que vayas gestionando tu propio “duelo” hacia esa persona, ya que su comportamiento es sumamente tóxico, recomienda la sexóloga.
Por otro lado, puede que, frente a la dificultad de gestionar el fin de una relación, seamos nosotros a quienes se nos cruce por la cabeza dejar de hablar a alguien de manera repentina, y así cortar el problema de raíz. Primero, es importante normalizar el que tengamos dificultades para enfrentarnos a una situación complicada como decirle a otra persona que no estamos interesados en seguir avanzando con la relación que hasta ese momento compartíamos, apunta la psicóloga Diana Lozano. Por ello, la profesional nos anima a preparar lo que queremos hacer, y aunque sintamos dificultad en ello, lo hagamos, pues es una manera de actuar saludable y en la que hacemos uso de una madurez y responsabilidad emocional necesaria.
Enfrentarnos a nuestros problemas
Hay pocas rupturas que no duelan, pero no por ello debemos comportarnos así, dice Raquel Graña que añade que ignorar y hacer ghosting es lo peor que se puede hacer, ya que de alguna manera estamos manteniendo a la otra persona, sin permitirle avanzar. Además, es un comportamiento muy tóxico cuando una persona poco a poco se va alejando de su pareja para pasar su duelo de separación de forma menos dolorosa, sin que la otra parte entienda qué sucede, concluye.
Tres consejos para no hacer ghosting
La psicóloga Diana Lozano da tres claves que pueden resultar de mucha utilidad a la hora de afrontar la situación de poner fin a una relación:
1. Comunicación asertiva: Es esencial tener la capacidad para hacer valer nuestros derechos sin vulnerar los de las otras personas. De esta manera vamos a poner límites firmes sin ser agresivos en ningún momento y defender nuestras necesidades, incluso cuando estas no sean las mismas que las de la persona con la que hasta ese momento compartíamos una relación.
2. Empatía: El hecho de ponernos en el lugar de la otra persona, de hacernos cargo de cómo se pueda estar sintiendo y qué puede suponer para él o ella esa ruptura, en muchas ocasiones puede ayudarnos a ajustar nuestro discurso.
Consideración: Debemos tratar de hacer las cosas con el mismo el cuidado y atención que nosotros o nosotras mismas desearíamos que tuvieran hacia nuestra persona. Esta puede ser una clave que nos permita encontrar el registro adecuado para hacer efectiva la ruptura.
Con información de ABC
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