Un síntoma de enfermedades en la superficie ocular puede ser los ojos rojos

Un síntoma de enfermedades en la superficie ocular puede ser los ojos rojos. La conjuntivitis alérgica aqueja al 10 por ciento de la población mundial y en México afecta la calidad de vida de un millón de personas al año.

Causa alteraciones del sueño, dificultad para ver correctamente y en consecuencia, incapacidad para actividades laborales y escolares cotidianas. Es una enfermedad inflamatoria, recurrente y muy común en la superficie ocular y puede afectar los párpados, la conjuntiva y la córnea

En México tiene prevalencia desde edades pediátricas, está asociada en un 80 por ciento con otras enfermedades alérgicas y tiene un impacto psicológico negativo en los niños.

“Usualmente asociada a rinitis alérgica, asma y dermatitis” y con molestos síntomas (comezón, molestia por la luz, lagrimeo), los niños que la padecen son rechazados por el “clásico ojo rojo”, dice la doctora María del Carmen Jiménez Martínez. A manos de sus compañeros, los niños llegan a padecer bullying y los adolescentes son estigmatizados: “sus profesores creen que se drogan”.

Sin embargo, la conjuntivitis alérgica, como otras enfermedades de la superficie ocular, es compleja, “con muchas aristas desde donde estudiar”.

En la Unidad de Investigación que la UNAM tiene en el Instituto Oftalmológico “Conde de la Valenciana, Jiménez Martínez estudia las enfermedades oculares alérgicas, sobre todo la conjuntivitis alérgica, que en ese “hospital de concentración” es la quinta causa de consulta.

También, desde un punto de vista inmunológico, la investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM trabaja en las enfermedades oculares infecciosas y autoinmunes.

Inmunomoduladores

En el caso de conjuntivitis alérgica, trata de entender que está mal en el sistema inmune y probar en los pacientes tratamientos con inmunomoduladores para mejorar sus respuestas inmunológica y ocular.

Por la “facilidad” de estudio y la mayor cantidad de pacientes, Jiménez Martínez se ha enfocado a la conjuntivitis alérgica y ha encontrado que en los pacientes alérgicos tienen disminuido “las células reguladoras en la respuesta inmunológica, con un incremento en células efectoras”. A nivel ocular hay un desequilibrio entre las citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias.

Ha observado también que cuando se da el tratamiento con inmunomoduladores (inmunoterapia sublingual con extractos dializados de leucocitos), hay un cambio en el microambiente ocular; es decir disminuyen “las proinflamatorias y aumentan las citocinas reguladoras”.

Todo eso “va de la mano de un cambio local, clínico evidente”, corroborado por expertos en córnea y superficie ocular del Instituto Oftalmológico “Conde de la Valenciana”.

Infecciosas y autoinmunes

En las enfermedades oculares infecciosas (por bacterias, virus y hongos) trata de entender como puede causar daño o beneficios el entorno inmunológico.

En cada una de ellas, “la respuesta inmune es diferente”. En las conjuntivitis fúngicas o causas por hongos, hay una mayor cantidad de citocinas proinflamatorias, por lo que el daño en la superficie ocular es mayor.

En las conjuntivitis microbianas también se da el proceso inflamatorio pero hay otros cambios a nivel sistémico; por ejemplo , cambios en subpoblaciones celulares como células NK y NKT, asociados a este proceso o que lo controlan.

De las conjuntivitis virales, la causada por adenovirus es la más estudiada por la mayor frecuencia en consulta en el Instituto Oftalmológico.

Jiménez Martinez ha observado patrones diferentes de citocinas. Hay, por ejemplo, un incremento de TGF- beta (β) en células infectadas por adenovirus, así como cambios “en la expresión de algunos patrones moleculares específicos del patógeno”

El estudio de la respuesta inmunológica y su caracterización permite un mejor entendimiento de la enfermedad y, por lo tanto, a futuro, posiblemente el desarrollo de herramientas con enfoque terapéutico “para estos datos específicos que estamos encontrando”.

Las enfermedades oculares autoinmunes se caracterizan porque el propio sistema inmunológico “te ataca y genera cambios a nivel ocular”.

En las autoinmunes, Jiménez Martínez ha estudiado la pars planitis, una uveitis intermedia, que afecta principalmente a niños. “Ahí hemos encontrado incremento de células CD4 y CD8 citotóxicas, asociadas posiblemente al daño ocular.

La pars planitis es la que menos se ha estudiado el grupo de investigación de la doctora Jiménez Martínez, ya que es una enfermedad que ocurre dentro del ojo y, debido a que los pacientes más afectados son niños, éticamente es más complejo tener la aceptación de los padres para estudiarlos.

En cambio las enfermedades de la superficie del ojo, en muestras de lágrimas y sangre se pueden determinar las citocinas y cambios a nivel sistémico por lo que su estudio es más accesible para el paciente.

Síntomas a simple vista

Las enfermedades oculares infecciosas, en el caso de las más comunes: bacterianas o microbianas, el paciente presenta secreción “lagañas”, los ojos “pegados” por la mañana, molestias por la luz. En las virales: más lagaña blanquecina que verde, molestia por la luz y ojo rojo que puede ser doloroso.

En micóticas o fúngicas puede haber disminución o molestia en la visión.”Es más difícil hacer el diagnóstico”. Pero ayuda saber ciertos antecedentes, por ejemplo laborales: Si es jardinero, quizá haya iniciado la enfermedad por “alguna picadura o lesión en el ojo”.

La pars planitis, como la lesión es dentro del ojo, tiene otro tipo de manifestaciones oftalmológicas: que sólo se pueden identificar con exploración como los llamados infiltrados algodonosos cerca de la región de la pars plana, aparte del proceso inflamatorio local y el ojo rojo.

Evitar complicaciones

—¿La caracterización inmunológica de las enfermedades oculares es útil en la atención clínica de pacientes?

Esa es una meta de María del Carmen Jiménez Martínez: caracterizamos los cambios inmunológicos afín de proponer intervenciones terapéuticas. “Incluso buscamos biomarcadores que puedan servir de pronóstico de la enfermedad”.

Por ejemplo, un hallazgo en pacientes con queratitis bacteriana es que una de las citocinas que más frecuentemente se incrementan es una interleucina: la IL-6 . Hay otros grupos en otros países, como China, que trabajan con anticuerpos monoclonales anti IL-6 probándolos como tratamiento de esa enfermedad ocular infecciosa.

Con la conjuntivitis alérgica, por citar otro caso, tratamos de determinar cambios inmunológicos que pudieran orientarnos en qué momento ajustar o dejar igual el tratamiento o la inmunoterapia antígeno especifica.

En ambas enfermedades oculares, puntualiza Jiménez Martínez, se trata de definir el tratamiento antes de que ocurran las complicaciones.

Con información de Gaceta UNAM

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