Para tener hijos ganadores, primero hay que ser padres ganadores, todo empieza con nosotros
Las raíces de la pobreza están en la casa. Cría niños conformistas y tendrás adultos pobres.
La verdad es que en muchos hogares los pequeños crecen escuchando frases como:
- “el dinero es sucio y es la causa de todos los males”;
- “la plata no es importante”.
- “No tengo”
- “No me alcanza”
- “Crees que voy al baño a fabricar dinero”
- “El dinero no crece en los árboles”
- “Ya todo está escrito, es el destino”
- “Somos pobres, pero honrados”
Señores, crecemos alimentando la pobreza. Sino observe los techos de las casas de mucha gente. Los techos son almacenes de cosas viejas. Guardan “por si acaso” cosas viejas que ya no usan. La palabra “por si acaso” solo refleja escasez.
En el pensamiento de abundancia creemos que, si no nos deshacemos de lo viejo, no tendremos espacio para lo nuevo. Por eso, aquí traemos 7 consejos que todo padre debe grabar en su mente:
- 1. Amor: Hazles saber que los amas y que siempre pueden contar contigo.
- 2. Comprensión: Todos los niños son inteligentes y diferentes. Algunos aprenden más rápido. En su ritmo, no es tu ritmo.
- 3. Corrige: Una vieja lección dice: Corrige al niño y no será necesario castigar al adulto. Recuerda que los hijos se pierden en la casa, no en la calle.
- 4. Felicidad: Los niños no necesitan ser el número uno, necesitan ser felices.
- 5. Forma ganadores: Edúcalos en una cultura de responsabilidad, y no de víctimas. Que asuman las consecuencias de sus actos y de su situación.
- 6. Finanzas: Enséñales a ahorrar y a ganar dinero. Que desarrollen mentalidad de abundancia. Enséñales a seguir sus sueños, no un sueldo
- 7. Habilidades: Enséñales habilidades que el mercado requiere: comunicación, idiomas, trabajo en equipo, negociación, delegar… Equípalo para el siglo XXI. Decía Jim Rohn: “No traiga al mercado su necesidad, sino su capacidad.”
- Y, por último, tener en cuenta aquella frase que dice:
“Tus hijos, seguirán tu ejemplo, no tus consejos” esos son los verdaderos hijos ganadores.
Covey decía: “Es muy fácil dar consejos de alto nivel y actuar desde un nivel emocional bajo”. De nada sirve decirle a nuestro hijo: “Sé educado” si nosotros hablamos lisuras, no saludamos, no respetamos. Los niños no dicen, pero sienten. Sienten la energía que uno emana, lo que transmitimos inconscientemente. Como mencionamos en un comienzo, todo empieza con nosotros.