Nuestro correo se ha convertido en uno de los principales medios de comunicación que utilizamos, sobretodo en los últimos meses que trabajamos o estudiamos desde casa.
A continuación te compartimos algunos de los principales errores que cometemos, sin embargo, todos tienen solución y te permitirán administrar mejor tu correo.
Mala ortografía: Es importante que antes de enviar un correo revises bien que lo que estás escribiendo tenga coherencia y sentido, así evitarás malos entendidos.
Destinatario equivocado: ¿Revisas los destinatarios a quienes les envías un email? Este es uno de los errores más comunes que podrías cometer, por eso es importante revisar primero antes de dar click en “Enviar”.
Responder a todos: A menos que la información sea relevante para todos los usuarios puestos en copia, no deberías abusar de esta opción.
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Silencio: La forma más fácil de provocar un sentimiento negativo es no responder. A veces incluso una actualización sobre el progreso de una solicitud de empleo servirá para mostrar algo de cortesía e interés.
Dirigirte a un destinatario hipotético: Emplear expresiones como “a quien corresponda” tendrás menos credibilidad.
Sin cambiar la línea de asunto: En muchas ocasiones solamente ponemos el foco en el cuerpo del correo electrónico y no en la línea de asunto de arriba. El resultado es una cadena de correos electrónicos inmensa con un “Hola” como asunto que impiden ordenarlos o buscar información.
Emails nocturnos: En primer lugar, el tono y la intención pueden variar cuando estés demasiado cansado, y la hora no es bien recibida. Mejor programa su envío para la mañana siguiente o espera a redactarlo en la oficina.
Dejarte llevar por las emociones: No es recomendable escribir un correo electrónico cuando te encuentres enojado o molesto. Te recomendamos que lo guardes en borradores y lo leas 24 horas después para retocarlo o reflexionar sobre el tono usado.
Dinero en Imagen.
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