Hace 14 años, Calderón prometió una refinería. Esta es la historia del engaño
Hace 14 años el Presidente Felipe Calderón anunció la construcción de la Refinería Bicentenario. Él terminó su Gobierno y jamás se construyó esta obra que prometió en Tula, Hidalgo. Lo único que existe es un terreno resguardado por una barda perimetral que costó más de 500 millones de pesos.
El 18 de marzo de 2008, en medio de la cruenta guerra que inició y con motivo del 70 aniversario de la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas, Felipe Calderón hizo un espectacular anuncio para México:
“Por primera vez en treinta años construiremos una nueva refinería con una inversión inicial de 12 mil millones de pesos el primer año. Con ellos se generarán miles de empleos directos e indirectos fortaleciendo la economía nacional. Al recuperar la posición que México merece en el mundo como verdadera potencia petrolera, lograremos detonar el crecimiento y el desarrollo del país”.
Calderón describió la prosperidad que vendría para los mexicanos:
“Con un Pemex más fuerte, ampliaremos la riqueza petrolera de México. Contaremos, así, con recursos para construir más escuelas, más clínicas y hospitales, más carreteras y puentes, más redes de agua potable y drenaje, más electricidad, más vivienda, más programas sociales para combatir la pobreza, a fin de que toda tu familia pueda vivir mejor”.
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.
Sinembargo
500 millones de pesos perdidos en una Barda que debió ser Refinería