El mal humor y el aburrimiento durante la cuarentena

Durante esta  cuarentena, se ocultan una serie de emociones y sentimientos que se basan en una triada compuesta por el miedo, la ansiedad y la angustia

Existen diferentes potenciadores de estas emociones. Por ejemplo, sentir miedo al contagio y a morir si este sucede provoca altos niveles de angustia y ansiedad. Además, la incertidumbre que genera el hecho de no saber cuándo se acaba este período también puede producir ansiedad y angustia. El miedo hace que estas emociones se descontrolen y se potensialicen mas.

Ahora bien, debemos aclarar que la ansiedad, el miedo y la angustia son emociones absolutamente lógicas en este período.

Lo que podemos hacer son actividades que reduzcan la intensidad de estos niveles emocionales.

Al principio de la cuarentena teníamos diversos objetivos y planes por hacer en casa durante esta contingencia del COVID-19.
A medida que fueron pasando los días y las semanas esos objetivos se fueron haciendo más débiles y se fueron acabando.
Lo que nos mantenía distraídos en esta cuarentena, ya no está siendo efectivo y hace que las emociones nos dominen.
Surge el mal humor, el fastidio, el aburrimiento, y emociones similares de las que se desprenden las malas contestaciones, las caras mostrando enfado, los gestos de desagrado, etc. El mal humor lleva a la intolerancia. La falta de paciencia con los demás nos lleva a no dejar pasar por alto ningún detalle ni ninguna reacción de la otra persona.
Así es como sus actitudes pueden ser un excelente inicio para las discusiones y peleas, funciona también como el facilitador de la catarsis para sacar los sentimientos tóxicos que nos produce este tiempo de cuarentena.

¿Qué podemos hacer?

Es importante hablar de la angustia que nos genera este proceso. El miedo y la ansiedad son emociones esperables y es importante buscar a una persona con la cual podamos hablar y explayarnos.

No necesariamente tiene que ser la pareja o la familia, también puede ser un amigo o alguien con quien tengamos un vínculo profundo y sepamos que nos va a cuidar y escuchar. Recordemos que este es un momento para aprender y para aprender hay que comunicar, decir y expresar. La comunicación es un recurso valioso que está a nuestro alcance.

About the author

*Laura Álvarez Alvarado. Psicóloga Clínica. Maestría en Desarrollo Humano. Doctorado en Terapia Familiar. Fundadora de la Clínica de Asesoría Psicológica. Fundadora y Presidenta del Centro de Asesoría para Depresivos. Tels. 2-89-83-74 y 2-89-83-75 Cel. 998-577-38-60 laurisalbavera@hotmail.com www.clinicadeasesoríapsicologica.com

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